La dificultad para encontrar una casa hace replantearte cuáles son las necesidades básicas, qué nos hace falta realmente para vivir.

¿No será que nos pierde una idea de comodidad y seguridad total que es inexistente? ¿O creernos que merecemos un cierto estatus, un cierto glamur?

¿Viviríamos con mucho menos? Seguramente sí. ¿Nos lo permitirían la dinámica económica, las normativas, los otros?

¿Y por el lado ideológico? ¿Renunciaríamos al agua caliente al instante por un mundo mejor? ¿O al aire acondicionado para proteger el clima? ¿O a...?